Presentación y Breve Historia

Monasterio Pan de Vida forma parte de la Orden de San Benito. Es un Monasterio de Derecho Pontificio que pertenece a la Federación de Santa Escolástica.
Somos un hilo nuevo en el tapiz de una tradición de mujeres y hombres seguidores de San Benito Abad y Santa Escolástica. A lo largo de quince siglos las comunidades benedictinas se han esforzado por escuchar y responder al llamado de Dios.
Hoy en día se encuentran en todos los continentes, en claustros, en misiones, en obras educativas, en centros de promoción humana, en hospitales, encarnando la Palabra de Dios en sus circunstancias concretas.
En donde sea que estén, viven en comunidades estables, alabando a Dios en la Liturgia y escuchándole en la lectio divina; acogiendo a quienes lleguen a sus puertas y trabajando en múltiples ministerios dentro o fuera del monasterio, al servicio de sus hermanas y hermanos.
A mediados del siglo XIX, un pequeño grupo de benedictinas dejaron su claustro en Alemania para poder evangelizar y educar a las familias inmigrantes que formaban parte de la joven Iglesia Católica en los Estados Unidos de Norteamérica. De allí surgió y sigue dando frutos abundantes una nueva rama del gran árbol benedictino: las hermanas benedictinas de la Federación de Santa Escolástica
Más tarde, a mediados del siglo XX otro pequeño grupo de benedictinas de Mount Saint Scholastica Convent en Atchison, Kansas, EEUU, respondió a un nuevo desafío: el compartir su carisma de oración y trabajo con el Pueblo Mexicano y dedicarse a la educación de jóvenes mexicanas. Desde entonces la educación benedictina en México ha favorecido a miles de niñas, niños y jóvenes, con una colaboración cada vez mayor de laicas y laicos comprometidos con la espiritualidad benedictina y la excelencia académica.
Una vez más en 1992, un grupito de benedictinas salimos de nuestro Monasterio de San Benito en la Ciudad de México para venir a una tierra semi-desértica en el nor-centro del país y comenzar de nuevo, trayendo con nosotras el carisma de Benito y Escolástica para encarnarlo aquí y darle nueva expresión.

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